Amigos y Enemigos de Lay Fung

Hoy día apenas abrí el ojo, los chicos de la canera, en la que vivo este obligado encierro, se acercaron emocionados y me enseñaron la última revista Caretas, en la que aparece mi foto en portada. Agradezco a toda la familia Zileri por la atención. Toda prensa es importante. No creo ser digno de una portada suya pero igual, es bonito verme en primera plana.

Sin embargo, no puedo estar igual de contento con todos los periodistas. Algunos han estado diciendo tonterías sobre este humilde perrito, sin recoger mis declaraciones, para hacer mis descargos. Por suerte tengo mi blog para defenderme.

Un tal Renato Cisneros, a quien no conozco ni en pelea de perros, me ha comparado con el señor Denis Falvy. Señor Cisneros, yo estoy injustamente encerrado en esta canera por cumplir mi deber de perrito guardián. Yo jamás le he ladrado a mi perrita como el señor Falvy ha hecho con su ex señora esposa. Así que preferiría evitar comparaciones tendenciosas. Pero no tranquilo con eso, el mismo señor Cisneros ha declarado sobre mi nombre, afirmando:

"¿No es cruel ponerle a tu mascota un nombre que quedaría mejor en el frontis de una fonda oriental? Solo en el Perú un temible rottweiler, asesino y encarcelado, puede responder a un remoquete tan ingrávido y afeminado como Lay Fun".

Primero, que le faltó la “g” al final de mi apellido. Y segundo, que yo llevo mi nombre orgulloso en mi medallita sujeta al collar (en donde también tengo mi dirección por si me pierdo). De ninguna manera considero que mi nombre sea afeminando. Las ligeras declaraciones de este señor tienen un precio, y ya le dije a mi abogado que tome las medidas legales del caso para limpiar mi honor. Nos vemos en el poder judicial señor Cisneros.


Otra persona que de buenas a primera ha intentado colgarse de mi fama (indeseada por cierto) es un tal Alberto Adrianzén, quien ha declarado el día de ayer que "no es normal ni razonable" que los medios de comunicación y la sociedad hagan una campaña pública para salvarme la vida. Es lógico, debe estar envidioso porque a mi la gente me quiere y al él no.

Que diferencia con la ilustre señora Martha Hildebrandt que con otra intervención atinada pidió la presencia de rottweilers en el Congreso. En realidad yo creo que con ella basta para que nos sintamos bien representados ¿Para qué más? Ahora, quiero aclarar que a pesar de nuestro parecido, la señora no es un rottweilers y sí más bien diría un San Bernardo. Aquí no se trata de darle la mano a un pariente en desgracia. Pero bueno, eso que lo diga un veterinario.

Estoy que muevo la colita de derecha a izquierda, derecha a izquierda, derecha a izquierda de los nervios. Mañana deciden mi suerte y ya no se que hacer. Ya mordisqueé todos los barrotes de mi celda y he despedazado todo los huevos de goma que mis fanáticas me ha regalado. Mi abogado y yo estamos tranquilos, porque confiamos en la ley humana y en la divina. Todos los días le rezo a San Co-Can. Bueno esperaré hasta mañana para saber si me voy o no me voy a Huacho.

Una chica ha estado comentado la prensa en los últimos días que me quiere llevar a Canadá. Si me estás leyendo quiero que sepas que no es necesario. De algún modo, yo ya estoy en canadá. Los veo mañana. Una abrazo de su amigo el perrito Lay Fung (pero como no tengo brazos ustedes me abrazan a mí).